miércoles, 11 de junio de 2008

Flais

Para todos aquellos que me conocen, saben lo que ello puede envolver, mi esencia, pero si tuviera que definirme de alguna manera tendría que decir que soy malhumorada, obsesiva, histérica, explosiva, regañona, plebe, ocurrente, preocupona, mal amiga pero amorosa, romanticona, detallistas, con malos gustos musicales pero que se le va a hacer, consentidora, paciente en mi trabajo pero poco en mi vida, amante de la lectura y un tanto workoholic, pero ese mal es de familia.

Podría escribir más, pero lo interesante es conocer lo que ustedes piensan de cada instante que comparta con ustedes en este blog.

Hoy les diré…

Siempre creí saber lo que esperaba de la vida o lo que yo deseaba que fuera mí vida, la cosa es que llegar al punto en el que me encuentro ahora no fue nada fácil, nunca creí que a mis treinta estaría como deseaba hace más de tres años, pero sé que cada paso me ha llevado a estar donde me encuentro ahora y no habría podido disfrutar y saborear cada triunfo de no haber sido así.

Nada se me ha dado en bandeja de plata, mis hermanos por su parte han sido más afortunados en algunos aspectos, se puede decir que la suerte ha estado a su favor. Mi hermana nunca se ha visto en la necesidad de buscar un empleo, le han llegado cada uno de ellos y a veces por eso no reconoce el valor del esfuerzo pues no es fácil tocar miles de puertas. Hace poco le decía a una amiga que para mí el valor de mi cumpleaños no es sólo compartir con los demás del evento, en realidad para mí es la celebración de tener a mi lado a MINUMI (mi hermana) una linda mamá, profesionista y mi siempre confidente, aunque a veces crea que no es así, pero el lazo es muy fuerte para que se pierda con el matrimonio.

Mi hermano…en este momento lo único que sé de él es que vive, trabaja, tiene pareja y espero que sea feliz.

Cuando empecé a trabajar en una agencia donde mi hora de entrada eran las 4 de la mañana, mis padres estuvieron en vela un par de meses, (trabajé ahí dos años) pero no había otra opción en ese instante, era eso o eso así que me arriesgué y crecí mucho, no sólo como persona, profesionalmente, mis padres me formaron el habito de cumplir sin importar enfermedades, reuniones familiares, amigos y muchas veces sacrificar también a la pareja, pero también sé que todos ellos son parte de mí sin importar si puedo verlos o no con la frecuencia que nos gustaría, es el precio de ser adulto.

Además de aprender el arte de la tolerancia, este lugar me dio uno de los mejores regalos a Daniel, cuando lo conocí cada quién se encontraba distraído en una relación de esas que son como la gripa, te mantienen congestionado, somnoliento y sin ganas de ver para otro lado, pero una vez que te recuperas las cosas se ven desde otra perspectiva y ya llevamos varios años de soportarnos y dos de luchar por estar juntos y por las sábanas, la comida, las pelis, la sobremesa, y los largos etcéteras que condimentan el día a día.

Sigue siendo difícil, sobre todo porque los dos llegamos a la vida del otro, lastimados, con vacíos, endeudados y con el vicio de no querer confiar mucho. Él ya está aprendiendo a decir lo que siente y yo a no prejuzgar.

En este instante me siento esperanzada, sé que la felicidad llega a cuenta gotas, así que he aprendido a disfrutar de cada evento al máximo, siempre es importante nutrirse de buenos recuerdos para echar mano de ellos cada que sea necesario, cuando los problemas, dudas, enfermedades y deudas merman el semblante y las voluntades.

3 comentarios:

In phidelio dijo...

Esos largos etcéteras que condimentan el día, como dices, son los que forjan en realidad las relaciones.

Muy buen inicio. Ya abriste la llave. Venga lo demás.

vehementis-mentis dijo...

El destino es solo un punto en el camino de donde se parte sin importar donde se encuentre

Unknown dijo...

Nunca he creido en el destino, es más me molesta la simple idea, te felicito prima, yo todavía no se como es mi futuro, yo a los 23 años no sé lo que me espera al finalizar el año, unicamente se que llegará un miembro más en la familia, que ya debo tener esos pensamientos de adulto y sentirme un gruñon, pero pues así es vivir, un día estas aquí y el otro por allá...