miércoles, 24 de febrero de 2010

En cajas


Las semanas anteriores han sido de caos y decepción en comparación con la tranquilidad que reina casi siempre en mi hogar, decidimos mudarnos aunque nos encanta el departamento en el vivimos, pero subir tres pisos con un embarazo gemelar y después subir dos enanos, carriola y pañalera no me será tan fácil.

Buscar no fue complicado, encontrar lo adecuado a nuestras necesidades ha sido todo un reto, el primer departamento que cubrió por completo con nuestras expectativas no estaba destinado a ser nuestro hogar, espero de todo corazón que el problema por el que atraviesa la dueña pueda solucionarlo sin que le perjudique mucho y que no me haya engañado para poderlo rentar a otra persona, la honestidad es un valor importante al igual que la palabra, da tristeza que un pacto de palabra o un apretón de manos ya no sea suficiente.

Después nos topamos con unos personajes fuera de serie, de esos que quieren rentar viendo que te sacan primero, en fin para ellos mi total indiferencia. Afortunadamente mi esposo es más paciente y ecuánime que yo, mis deseos de mentar madre por notar cuan oportunistas pueden ser, me estaban impidiendo reaccionar de la manera correcta.

Logramos encontrar un buen lugar, en el que sí me puedo ver con mi familia, con la suerte que pudieron cubrir mis necesidades y hasta aprobaron cambiar el piso pues soy alérgica al polvo y la alfombra no me ayuda nada y esperando pequeños no es lo más saludable, el lugar es soleado y acogedor, ya estoy tranquila.

Sufrí nuevamente de gripa, pero está vez debo aceptar que estaba muy estresada, sentía que las cosas no se acomodaban como deseaba o no estaba corriendo con la misma suerte que en años anteriores, pero las cosas pasan por algo, el plus cruzando la calle está un parque.

Cumpliremos mañana 20 semanas, veo como crecen y mi cuerpo se adapta a sus necesidades, Ringo ya lo ve con más naturalidad, empiezo a creer que lo que más está disfrutando es que a estas alturas son la almohada que más le acomoda, de esa manera no sólo esta más cerca de mí, sino que hasta lo arrullan, ya deseo que se muevan con fuerza y ver las reacciones del peteño cuando lo avienten exigiendo el respeto a su espacio.

Nos mandaron a un curso sobre lactancia materna dos días 5 horas cada uno, pudieron que desayunáramos bien, ¡ups! nos empieza a dar hambre cada tres horas, así que empezaré a traer un tentempié más abundante porque el yogurt y las barritas de granola ya no son suficientes para esperar a la siguiente comida.