miércoles, 28 de septiembre de 2011

Pequeños exploradores

No sé en qué momento se da cuenta un bebé que el mundo es más grande que los brazos de papá y mamá. Cuando los vi caminar por primera vez descubrí con ellos todas las cosas que hay en casa, a través de sus ojos todo es maravilloso, nada rasca mejor las encías que una tapa de refresco, una migaja de pan entre sus dedos es un manjar, sobre todo si fue encontrado a mitad del camino cuando se exploraba el suelo. El teléfono es un invento ingenioso sobre todo cuando se descubre el redial y puedes hablar con tus abuelos por media hora sin que la niñera se de cuenta.

Maravillosos es verlos crecer, hablar y que de la nada diga Leo “¿Dónde está abuelo?” cuando han pasado un fin de semana largo con ellos, disfrutar de las cosas simples como un sombrero y otras más divertidas como la lluvia y un impermeable de Spiderman.

Debo confesar que no todo es miel sobre hojuelas, la semana pasada fue de miedo, todavía no hemos podido saber si son las muelas o no lo que los tuvo tan inquietos y si son las muelas, si son en pares o sólo va a salir una, ¿por qué? Bueno porque tengo dos hermosos enanos que en cuanto papá o mamá quieren ver las encías deciden apretar fuerte los labios o morderte el dedo merodeador, pero esperamos pronto descubrirlo.

Dentro de las cosas que se descubre con ellos son los peligros de tener los enchufes tan abajo en la casa o de lo inútiles que son los apagadores tan arriba y cosas por el estilo, lo que no he logrado y seguramente exagero tomando en cuanta que tienen 15 meses, que me ayuden a levantar sus juguetes porque cuando se ponen a hacerlo conmigo más tardan en guardarlo que en lo que ya están sacando toodo de nuevo y lo segundo es que pueda yo leerles un cuento sin que prefieran comerse la portada o mejor cerrarlo y a lo que sigue ma’.

Anécdota no tan grata pero es real, y como padres más nos vale adelantarnos a ellos. Encontrar una cosa pequeña de aspecto pegajoso y que tu papá grite un NOOOOOO como si fuera algo espeluznante, resulta que puede serlo si justo tu perrito decidió excretar en medio de la sala y tú un pequeño explorador la acabas de sostener entre tus manos, resulta extraño que después de eso te laven con mucho ahínco las manos y un bote de gel antibacterial sea poco para desinfectar tus pequeñísimas manos.

Sí señor, cuando tu perrito llore porque quiere que le abras la puerta del baño o de la recámara, es mejor hacerlo de lo contrario podrías sufrir las consecuencias, después de el grito, la alharaca de los papás y que Ringo se castigó solo en el baño, cuando ya no puede más se va a la regadera y se desprende de su estrés y nosotros ya no hemos sufrido soponcios matinales.

Y como dice la canción… “Como hemos cambiado”

QUINCE DÍAS


DOS MESES


SEIS MESES


OCHO MESES


UN AÑO


15 MESES


...Continuará